@ItzelEguiluz
*Columna escrita a fines de junio de 2012
A Dalila*
Hace unas
semanas estaba en un Starbucks de Madrid donde suelo trabajar, cuando una
ventana parpadeante apareció en la pantalla. Leí:
“¿Sabías que murió
Dalila?”
No, no lo sabía.
Dalila fue
compañera de la maestría en el Instituto Nacional de Salud Pública de México
(INSP), fue nutrióloga y dietista en el sistema de salud, era madre, fue pareja
y esposa, fue hija. Dalila fue.
Dalila no era mi
amiga, no diré lo que no es. Nunca me ha gustado hablar bien de quien ya no
está sólo por el hecho de ser sensible ante una situación como la muerte. Ella
era amiga, muy buena amiga, de mis amigos. A través de ellos la conocí mucho
más de lo que la conocí personalmente, a pesar de haber pasado horas y horas de
clase a su lado. Éramos muy distintas o tal vez no tanto…
Cuando leí aquel
mensaje la imaginé como la última vez que recuerdo haberla visto: hace unos
tres años subiendo delante de mí por las escaleras del INSP; nos saludamos, cruzamos
algunas pocas palabras y se fue… Usaba unos jeans y una camiseta, diría que de
algún tono de rosa.
Dalila no sólo
murió, Dalila fue asesinada.
Ella, como
muchas otras mujeres, sufría de constante violencia por parte de su pareja.
Ella, Dalila, tenía una carrera, una maestría, un trabajo, un hijo, tenía una
gran familia, un cercano círculo de amigos y personas que la querían, contaba
con información, con medios económicos, con amor.
Ellas no sólo
mueren, ellas son asesinadas.
En México y en
el mundo existen leyes firmadas (Ley
General de Acceso a una Vida Libre de Violencia), tratados ratificados (Declaración sobre la eliminación de la violencia
contra la mujer), días internacionales (25 de noviembre Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer) y cientos de
campañas de comunicación (From
enchantment to down http://www.thomasczarnecki.com/from-enchantment-to-down.html) realizados para
subsanar el problema visto como hecho social. Hecho que es un problema de salud
pública.
Las estadísticas de la OMS indican que, dependiendo de cada
país, la violencia física o sexual la sufren entre un 15% y un 71% de las
mujeres por parte de su pareja. Otros números, como los de la Encuesta
Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 (ENDIREH)
hablan sobre un 54% de mujeres que en el Estado de México sufrían violencia por
parte de sus parejas; Jalisco y Colima le seguían de cerca.
Morir de amor:
hoy no se muere de amor, se muere por creer que la violencia es amor.
¿Violencia de
pareja en jóvenes?
En México la
ENDIREH muestra que el 23.1% de las mujeres de 15 a 24 años dice haber sufrido
violencia emocional por parte de sus parejas. Mientras que la Encuesta Nacional
sobre Violencia en el Noviazgo 2007 (ENVINOV) se habla de que un 6.8% de los hombres y las mujeres reporta haber
sufrido violencia física por parte de su pareja actual.
El 39.4% de los
jóvenes ha sufrido violencia emocional; un 42.7% de los hombres reporta este
último dato. Sí, también los hombres sufren violencia por parte de sus parejas.
La violencia es universal. Los programas para prevenir la violencia desde el
noviazgo parecen ser, según la OMS, algunas de las estrategias más eficaces.
La violencia de
pareja, contra la mujer o de género, no es sólo un problema de salud. La
violencia debe de ser pensar en que Dalila no se convierta en un dato más, en
parte de una estadística. Es pensar que cada una de las mujeres que han sido
asesinadas por su pareja tuvo un nombre, una historia, una vida, una familia y
amigos que las piensan.
Las mujeres que
hoy sufren violencia, que perdonan; las mujeres que hoy son golpeadas, que
mienten al respecto para que otros “no se den cuenta”; las mujeres que son violadas
por hombres a los que “aman”, que solamente dejan correr chorros de agua por sus
cuerpos; las mujeres que se alejan de quien las daña, pero que al pasar los
meses vuelven a ellos por un gesto amable; las mujeres que hoy ya no pueden ser…;
esas mujeres, me atrevo a decir, no quisieran que las que hoy son, dejaran de
ser.
El silencio mata1
…y pensar que él
va a cambiar, también.
La violencia
SIEMPRE tiene importancia y NUNCA es normal.
Necesitas ayuda, mayor información, no sabes con
quien hablar, llama a Vida sin Violencia del Instituto Nacional de las mujeres:
01.800.911.25.11
Realizado para
Djóvenes.org
1 Esta frase ha
sido utilizada por diversas campañas de publicidad: la Secretaría de la Mujer
de Paraguay, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo, Amnistía Internacional, la Secretaría de la Mujer de la Presidencia
de la República de Perú, entre muchas otras.