@ItzelEguiluz
Recuerdo que cuando era niña cada
año, no sé si para el 14 de febrero o para el día de la primavera, en mi
escuela se les ocurría hacer un picnic. Íbamos a un parque que estaba cerca de
la escuela, muy felices en un autobús, mientras las ideas del más clásico S.
XIX nos eran heredadas.
Cada una de las niñas debía llevar
una canasta de mimbre adornada con flores y comida, preparada por nuestras
mamás, por supuesto, para dos. Sí, para dos, para el niño que esa mañana
desayunaría con nosotras… previa elección de la pareja. Aquí viene lo más
interesante, las niñas nos sentábamos en un círculo, en el pasto, dejando
apenas el espacio suficiente para que los niños, que estaban formados en una
fila frente a nosotras, pudieran entrar corriendo y “ganar” a la niña que habían
elegido.
Por supuesto, como imaginarán, la
niña más popular era elegida por más de un niño, y casi siempre había más de
una que quedaba sola esperando hasta que una maestra decidía cómo resolver el menage a trois.
Por la misma línea, y recorriendo
mi memoria reciente por haberlo visto en alguna parte de la red, hablemos de
“La Cenicienta”. El perfecto príncipe organiza un baile, también perfecto, para
encontrar a su futura reina, también perfecta, por supuesto. Acuden las jóvenes
que han recibido la ansiada invitación a un baile en el que desfilarán para ser
de entre todas ellas la elegida, para casarse con un hombre con el que nunca
han hablado.
En Andalucía, España, se está
trabajando en un proyecto sobre violencia de género en la juventud, y en él han
desarrollado un esquema sobre los mitos del amor romántico. Estos se dividen en
cuatro grupos: “El amor todo lo puede”, “El amor verdadero predestinado”, “El
amor es lo más importante y requiere entrega total” y “El amor es posesión y
exclusividad”.
En el estudio, que se realizó
con más de 3000 jóvenes de entre 14 y 16
años, podemos ver que alrededor del 70% de hombres y mujeres cree “que quien
bien te quiere, te hará sufrir”, mientras que alrededor del 50% cree que los
celos “son una prueba de amor”.
Lo anterior nos lleva a lo ya
ampliamente discutido en diversos medios, incluido el estudio andaluz: la
relación entre el mito del amor romántico, impuesto por la televisión, algunos
tipos de literatura y conceptos de género, y la violencia de pareja.
El mito del amor romántico afecta
tanto a hombres como a mujeres, esperando cuentos de hadas, aquel amor que jura
eternidad “a pesar de todo”, amor por obligación del paso a seguir, del anillo
que “se debe” de entregar o de la boda que “se debe” de organizar ya, porque
como el conejo de Alicia, vamos tarde ¿para qué?
¿No podríamos convivir y encontrar
a aquel con el que podamos compartir, hablar, a quien conozcamos, que aceptemos
como es, que nos acepte como somos, respetemos (en plural) y amemos en el mundo
real?
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