jueves, 14 de marzo de 2013

[Sexear] Buenas esposas


@ItzelEguiluz

Está nevando en Madrid y hay pocos temas que podrían desviar mi atención de los copos blancos que no dejan de caer, pero recordar el video que llegó a mis manos la semana pasada sobre “la esposa obediente” es uno de ellos. La siguiente semana, el día 8 de marzo, se conmemora el día de la mujer. Tengo varios conflictos personales sobre la conmemoración de este día internacional, sin embargo es importante mencionar que al menos promueve la visualización de conflictos que pasan desapercibidos el resto del año.

Así que retomo las columnas anteriores sobre género y violencia para hacer una columna sobre una propuesta que me parece aterradora: la esposa obediente/sumisa. No es una idea nueva, sin embargo la conocí a través de un video publicado en Facebook sobre un programa llamado “Personas extraordinarias” que dedicó uno de sus capítulos a estas mujeres. Si bien el concepto de extraordinario se aplica generalmente de manera positiva, aquí me parece fatal, y debería estar dirigido hacia la relación de lo extraordinario con fuera de lo común.

Pensé seriamente si le debía dar espacio a este tema que me parece tan desagradable, pero lo hago como denuncia. La idea surge de un libro llamado ‘The Surrendered Wife’, de una mujer llamada Laura Doyle, ella propone una especie de guía para que las mujeres puedan cambiar a fin de tener un matrimonio exitoso. Primero que nada creo que si una pareja decide casarse debe estar consciente de cómo es la otra persona y de que la mentira más grande del amor romántico es esperar que el otro cambie, si es así ¿por qué no mejor buscar a otra persona con la que tengamos una mejor relación y proyectos en común?

Laura Doyle y sus “terapeutas” realizan un cuestionario a la mujer que decida convertirse en una esposa sumisa, que a simple vista parecería sensato, sobre el control que ejerce sobre su esposo, sobre sus decisiones, sobre el hogar y otros temas relacionados. Estamos de acuerdo en que el ser extremadamente controlador no nos llevará a ningún lado como pareja, pero entonces entregar “el poder” a la pareja y que esa persona sea quien controle el hogar y a nosotras, ¿no es caer en contradicción? En una de las escenas de la “terapia” la mujer saca de su bolso una cinta de aislar y le dice a la otra “todo el tiempo deberás pensar que tienes una de éstas en la boca, lo más difícil es aprender a callarse”.

Mujeres que deben dejar de opinar, que deben vestirse como el esposo decida, que no salen de casa, que no hablan si no se les pregunta u ordena, mujeres que hacen todo por el esposo y por los hijos y que pierden su individualidad, mujeres que para ser buenas esposas deben de dejar de pensar. Hombres que desean esclavas y no parejas.

Si el hombre trabaja fuera y la mujer trabaja manteniendo el orden de la casa y lo que eso implica, me parece sensato que ella realice mayor parte de los trabajos del hogar, pero se llama negociación y me parecería totalmente normal y obligatorio que si ella trabaja fuera y él no, la situación se diera a la inversa. Por otro lado si ambos trabajan, ambos tienen un futuro profesional, ambos deben realizar las tareas de la casa  a la par, lo mismo con las decisiones monetarias, en las dos situaciones, y con los hijos en caso de que se haya decidido tenerlos.

Al final creo que vuelvo al punto con todo: cuestión de educación desde la infancia, qué daño les hacen a los pobres niños con tantas ideas prefabricadas. Hablemos de negociación, de parejas.

Lo que me parece más extremo es que aunque se dice que en caso de violencia física se recomienda abandonar la relación, en caso de abuso verbal, lo cual recordemos también es violencia, se dice que seguramente terminará cuando se sea una esposa sumisa.

Vean el programa (está en cinco partes) y créense una idea propia. Al final, me parece que está tratado de forma poco objetiva, poniendo un extremo de mujer controladora para hacer parecer que era necesario que las demás se dejaran controlar: 


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