sábado, 7 de septiembre de 2013
miércoles, 7 de agosto de 2013
[Hello sororidad]
@ItzelEguiluz
Entre otras novedades, en estos últimos quince días un anuncio de tampones se vuelve viral en Internet: una campaña que muestra un lado real y divertido, a mi parecer, claro, de la menstruación y en este caso de los tampones. Aunque si a ustedes mujeres u hombres, los tampones no les gustan o les dan lo mismo, igualmente deberían de pasarse por el anuncio, el cual está muy bien logrado y da una visión normalizada de la menstruación, que a veces pareciera que se nos olvida que le pasa a la mitad de las personas del planeta, algo así, como cada mes ( http://youtu.be/0XnzfRqkRxU ).
En El País se publicó esta semana una nota llamada “La venganza contra los estúpidos anuncios de tampones”. El artículo está muy bien logrado y es bastante claro. Lo más interesante, sobre todo si ya se conocía el anuncio “Hello Flo”, en su versión “Camp Gyno”, son los comentarios. Mujeres que discuten sobre si utilizar la copa menstrual, otras que se juzgan unas a otras porque si los tampones se publicitan y la copa no, que si los tampones son malos y la copa no… Tenemos un problema mujeres (y que se enteren todos los chicos allá afuera también, de paso se convencen de que todas menstruamos) dejemos vivir unas a otras. Si a unas les acomodan los tampones que usen tampones, y si otras prefieren la copa úsenla, no es posible que cuando una comparte algo que considera positivo, como la normalización de la menstruación en la patética publicidad, lo que sacamos de eso sea un pleito sobre “¿Por qué la copa no se publicita?”; “A mí nunca me han dado cólicos, por qué hablan sólo del dolor”; “Yo muero de cólicos, no es una fiesta”; “Los tampones duelen y son malos”…
No, no se trata de eso, los tampones tienen un tiempo de uso, igual que la copa, hay casos de Síndrome de Shock Tóxico en mujeres que no están usando tampones, a algunas no nos gusta la idea de la copa, otras simplemente quieren seguir usando compresas y hay quienes deciden que la copa es lo mejor que les ha pasado en la vida, la cual les informo está bastante de moda en muchos sitios, por ejemplo, Twitter se la pasa recomendándomela.
El problema es que la menstruación sigue siendo un tabú. Que las compresas tengan olores que esconden otros, sí es verdad, yo tampoco estoy de acuerdo, pero entonces, ¿no sería lo mismo que la idea de un desodorante antintranspirante? Que si los tampones esconden la menstruación, la copa funciona muy similar y también dentro del cuerpo.
¿Por qué no mejor nos dedicamos a la sororidad de la que habla Marcela Lagarde y nos dejamos en paz unas a otras?
Sororidad, en palabras de Marcela Lagarde: “Política de la democracia feminista […] que ojalá se convierta en una forma de relación de las mujeres en todos los ámbitos sociales […] para hacer política desde una perspectiva feminista”. Herramientas y capacidades para transformar las relaciones que pueden llegar a ser de enemistad entre las mujeres, para al menos mitigar la enemistad, qué mejor si podemos ponernos de acuerdo, generando un fin común. Dice Lagarde que tenemos intereses o necesidades comunes aunque no lo sepamos, que las mujeres compartimos necesidades, carencias o daños que pudieran estar relacionadas con nosotras.
¿Ese fin común podría ser aceptar nuestros cuerpos, conocernos, compartir y ser felices como mujeres, con senos, reglas, vello o sin él, anticonceptivos o sin ellos, hijos o sin ellos, con lactancia o sin ella, dentro de la globalización, las culturas y las creencias individuales?
viernes, 28 de junio de 2013
[Serendipia] Maternidad voluntaria
Sobre la maternidad voluntaria Marta Lamas dijo:
[La maternidad voluntaria es la decisión ética de un sujeto responsable de si mismo. Para defender la autonomía de las mujeres hay que dejar de considerar a la maternidad como un destino, y comenzar a verla como un trabajo de amor, que para ejercerse a plenitud implica algo previo, el deseo, el deseo de tener un hijo.
Una sociedad moderna y democrática no puede ya tomar el hecho de tener hijos como algo natural, como un regalo del cielo, debe verlo como una elección amorosa que requiere de compromiso y trabajo.]
viernes, 31 de mayo de 2013
[Sexear] Fantasías
¿Quién no ha visto la imagen de
la mujer que se va a la cama y antes de dormir crea una lista interminable de
cosas imaginando lo que hará mañana?, ¿o algún sueño que es tan extraño que no
nos atreveríamos a contar?, ¿o aquel que sólo dice “soñé contigo”, sea lo que
sea que signifique? Pues esos sueños y fantasías son nuestros y de nadie más.
Culpa, culpa, culpa. La gran
ventaja de nuestros sueños y fantasías es que nadie lo sabe a menos que
nosotros decidamos compartirlo, somos libres. Ahí no podemos ser juzgados, somos libres de imaginar lo que deseamos, lo
que no; lo que nos gusta, lo que no; lo que queremos, lo que no. Las fantasías
son parte del descubrimiento de la persona, del “quién soy”, de hecho son una
fase del desarrollo de la identidad sexual que comienza entre los 10 y los 14
años de edad (Monroy, A., 2002). En Colombia, en un estudio (Arias, L., 2011)
realizado con universitarios se encontró que 72.8% dice tener fantasías al
practicar la masturbación.
El erotismo es parte esencial de
la sexualidad, es parte de la definición integral de sexualidad de la OMS. Este
puede referir, entre otras conductas, a las fantasías sexuales. Dicen los
sexólogos que trabajan el tema que las fantasías sexuales son sinónimo de estar
bien, menos estresado; ya que quien se siente culpable, o está demasiado
estresado por el trabajo, la casa, la escuela, etc., tendrá más dificultades a
la hora de fantasear. Incluso una mujer que no tiene fantasías sexuales, que no
puede pensarlas, o que le causan angustia, podría sufrir de un trastorno sexual,
llamado deseo sexual hipoactivo. Violar las normas de las conductas sexuales,
que la sociedad califica como aceptables o correctas, genera culpa. ¿Qué tan
grandes serán las culpas de quienes vivimos en una sociedad que se dedica a
juzgar?
Existen escalas para medir las
actitudes positivas y negativas hacia las fantasías sexuales, como la Escala de
Fantasías Sexuales de Hurlbert (1993). Un estudio (Sierra, JC y cols. 2011) realizado con jóvenes en El
Salvador, mostró que las mujeres tiene más culpabilidad sexual que los hombres,
tristemente no parece sorprender el resultado, que como ellos indican se
encuentra también en estudios con jóvenes españoles. En este estudio se
encontró que a estos jóvenes, las fantasías
son lo que mayor culpa les produce en cuanto a actitudes sexuales. En los
estudios sobre la culpabilidad, incluyendo el realizado en Universidad de
Manizales (Constanza-Cañon, S., 2011), se relaciona mayor culpabilidad al tener
fantasías sexuales y menor número de fantasías con mayor práctica religiosa.
No debemos dejar de tomar en
cuenta que las fantasías son sólo eso, fantasías, hay muchas de ellas que ni
siquiera se desearían llevar a la realidad o que perderían su fuerza…
generalmente una fantasía no representa el deseo de volverla realidad. Muchos
de los estudios sobre fantasías sexuales son sobre el porcentaje de personas
que fantasea durante la relación sexual con otra persona que no sea su pareja:
fantasear no es ser infiel. Tener fantasías sexuales con otras personas no es
determinante de la infidelidad. Lee Ellis y cols. (2005) encontraron, en una
muestra con 8000 jóvenes universitarios de Estados Unidos y Canadá, que
alrededor del 10% tenía fantasías con personas que eran de su mismo sexo, de
los cuales más del 80% se declaraba heterosexual.
Siempre debe tomarse en cuenta
que las fantasías sexuales, como otros comportamientos, son saludables mientras
no se vuelvan comportamientos obsesivos que intervengan o influyan negativamente
en nuestra vida diaria.
Las fantasías pueden ser
compartidas con la pareja, tú decides qué compartes y cómo lo haces. Muchos
sexólogos recomiendan compartir fantasías para mejorar la vida sexual en pareja
o simplemente para mejorar la confianza y la comunicación. Siempre piensa en
qué tipo de pareja tienes actualmente, si es una pareja a largo plazo, si hay
la confianza, si es algo pasajero, si han formado lazos de comunicación
necesarios para éste y todos los grandes temas de la vida.
lunes, 8 de abril de 2013
[Sexear] Esto no es normal: violencia en los medios contra la mujer
@Itzel Eguiluz
La semana pasada leía en CNN una
nota que comenzaba más o menos así: ¿alguna
vez has caminado, o has visto a alguna mujer caminando, con la cabeza agachada,
sin mirar al frente, con los audífonos puestos, aunque sólo ella sepa que no
escucha nada, tratando de pasar desapercibida? ¿Por qué una mujer caminaría
así a plena luz del día por calles transitadas? Simple: violencia normalizada.
Piropo, palabra que la Real
Academia de la Lengua equipara con alabanza, lisonja, elogio, es un claro
ejemplo de la violencia normalizada que abunda cada día en las calles del
mundo, tal vez no en todos los países o en todas las sociedades. Lo que queda claro
es que pareciera normal que todo hombre estuviera en su derecho de decirle o
gritarle a las mujeres frases sobre su cuerpo o su sexualidad por la calle. En
el Distrito Federal es un delito, pero sin pena alguna.
¿Por qué los hombres creen que
tienen derecho sobre el cuerpo cosificado de la mujer? Mucho tienen que ver los
medios de comunicación. Miss
Representation (2011) es un documental que presenta la problemática de que
los medios de comunicación estén creados por hombres y que la mayor parte de quienes
generan los contenidos sean parte del problema, de la subrepresentación de la
mujer como un elemento de respeto y poder, de generación de conocimiento, de
crecimiento social.
¿Qué hay de la violencia en los
juegos de video y los videos musicales? Videojuegos en los que el objetivo es
golpear con un tubo a una mujer hasta que muera, presentados como diversión por
ser caricaturizados; videos musicales en donde las mujeres son objetos,
propiedad de los hombres, siempre semidesnudas, presentadas sexualmente… y la
canción, aplaudida, bailada y cantada por todo el mundo en las fiestas, otra
vez normal.
Diversos estudios científicos
publicados por la “American Psychological Association (APA)” y en revistas como
“Psychological Science in the Public Interest” comprueban que existe relación
entre la visualización de violencia en los medios de comunicación durante la
infancia y la adolescencia y los comportamientos violentos.
Cuando escribo estas columnas me
gustaría tener la capacidad para transmitirles la impotencia y el enojo que me
genera ver a cientos de hombres y mujeres sabotearse a sí mismos por conseguir
un ideal inexistente, creado para vender, para que compremos. ¿Por qué no
reírse de los comerciales en donde a una mujer un niño le pide que le abra un
refresco agitado, el cual le explota en el pecho quedando completamente
empapada por él, como en el comercial de “Jack Soda”?; ¿por qué no desear a la
mujer que está rodeada por cuatro hombres dispuestos a tener sexo con ella,
como en el anuncio de Dolce & Gabbana?; ¿por qué no pasa una ráfaga de aire
y le quita el vestido a la chica que va pasando por la calle y ella simplemente
se sorprende de mostrar la impresionante lencería que lleva debajo, como en el
comercial de Doritos? Porque las mujeres no somos cosas, no somos objetos
sexuales, no somos un producto.
Sexualizar a las niñas a través
de los concursos de belleza, pintar sus uñas, cambiar el color de su cabello no
suele ser un problema, pero cuando se trata de promover la vacuna contra el
Virus del Papiloma Humano (VPH), entonces se vuelve un escándalo social por la
totalmente incorrecta creencia de que se promueve el sexo. Según la APA los
tres problemas de salud más comunes debido a la sexualización de las mujeres son
los desórdenes alimenticios, la depresión y la baja autoestima.
Finalizo con una cita de Rich
(1996) que aparece en el Informe Nacional sobre la Violencia y la Salud en
México de Ipas:
“Esta visión del mundo y de las relaciones entre las personas, favorece
que algunos hombres consideren a las mujeres como su propiedad, incluida su
sexualidad, que puede ser usada cuando ellos quieran. Así, el coito forzado se
convierte en la reafirmación del poder y la autoridad de los hombres y la
represión de las mujeres.”
Dejemos de pasar por alto todas
las imágenes violentas contra las mujeres que se ven a diario en los medios de
comunicación, dejemos de normalizar la violencia.
Películas recomendadas:
Miss Representation, de Jennifer Siebel (2011)
Little Miss Sunshine, de Jonathan Dayton y Valerie Faris (2006)
martes, 19 de marzo de 2013
[Sexear] Click: ¿y tú, lo usas?
@ItzelEguiluz
¿Se
han fijado en las similitudes que tienen el uso del condón y del cinturón de
seguridad? Podríamos usar las mismas campañas para tratar de fomentarlos:
úsalo, salva tu vida, protege a quien amas; ambos pueden salvar vidas; y ambos
están rodeados de mitos y pretextos como “es incómodo”, “no pasa nada”, “a mí
no me va a pasar”.
La
primera causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años, en el mundo, son los
accidentes viales, según la OMS. La mayoría de los accidentes viales se pueden
evitar y el cinturón hace una enorme diferencia; hasta el 75% menos riesgo de
muerte para los ocupantes del asiento trasero, quienes sólo lo usan en el 5% de
los casos. ¿Tú usas el cinturón cuando vas atrás?
Hace
dos años tuve la oportunidad de trabajar en una intervención para la prevención
de accidentes viales en jóvenes, que llevaron a cabo Maneja Tu Vida Ya y el
Instituto Nacional de Salud Pública, junto a la Dra. Sandra Treviño y un equipo
increíble. Esta experiencia fue valiosa en muchos sentidos para mi vida, pero complicada
emocionalmente, me costó procesar todo lo que vivimos esos meses. Es un
problema para la salud pública que va en aumento, por lo que a partir del año
pasado, y hasta el 2020, Naciones Unidas declaró el Decenio de Acción para la Seguridad
Vial.
Así
que veamos unos cuantos mitos del
cinturón de seguridad según el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes
(CENAPRA):
- Embarazadas no lo deben usar: ellas también deben usar el cinturón, mejor si es bajo el vientre. Existen dispositivos que ayudan a mantenerlo en su lugar.
- “Voy aquí cerquita”: la mayoría de los accidentes se producen a pocos kilómetros de iniciado el recorrido.
- Me molesta: cada día se tiene mayor tecnología, las niñas que lo usan por debajo del brazo corren mucho más riesgo.
- Es mi vida: sí, pero si tú vas atrás y no lo usas, en caso de un accidente hay ocho veces más posibilidades de que causes la muerte a quien sí lo usaba.
- Recomendaciones
- Si sales por la noche y tomas: pide un taxi; pide que tus padres vayan por ti; el conductor designado de los 90´s no debería pasar de moda; no dejes a tus amigos tomados manejar.
- Antes de salir: conecta todos tus aparatos; haz tu playlist; revisa los espejos; lleva tu coche a servicio, revisando niveles y llantas; acomoda los asientos; ponte el cinturón, no importa en qué asiento vayas.
- Manejando: no vayas cambiando la música; las llamadas y los SMS pueden esperar; no te maquilles o vayas comiendo.
Situaciones de la vida real
El
primer accidente vial, con una víctima mortal, parece ser que ocurrió en 1869,
así que tenemos ya más de 140 años tratando de reforzar la seguridad vial.
Hemos avanzado cantidad, pero los riesgos han evolucionado también.
Típico
el amigo que a fuerzas quiere manejar o que no se quiere poner el cinturón. Por
eso decían por ahí que más vale un amigo enojado que un amigo en riesgo. Lo
interesante es el enojo, nunca nos creemos los números, las estadísticas, pero
más vale que nos empecemos a creer la realidad. Es objeto de bullying aquel que usa el cinturón, peor
aún el que lo usa atrás, el que no toma o el que “no le pisa”. Insisto en que
vivimos en el mudo al revés.
No
siempre el riesgo viene acompañado de alcohol, también es por velocidad, por
una distracción, por cansancio o simplemente mala suerte combinada con la falta
del cinturón. Eso le ocurrió a Bernardo cuando iba a la escuela y una vaca se
atravesó en su camino. Yo contaba la historia de Bernardo en las pláticas a
gente de entre 14 y 19 años. Bernardo y su mamá, entre otros, comparten su
historia para tratar de evitar que tú, tus amigos o familia pasen por algo
similar: http://youtu.be/1KnW-dg7qPs
Salva
tu vida y la de los demás. Haz click.
Usa el cinturón, no importa la distancia.
*Nota
Cuando
hice la propuesta para escribir la columna para Djóvenes, la idea principal fue hablar
sobre salud sexual y reproductiva, pero dejando espacio para otros temas que,
sin ser precisamente sexuales, tuvieran relación a salud y jóvenes. Por ello el
tema de esta columna, prevención de accidentes viales.
jueves, 14 de marzo de 2013
[Sexear] Buenas esposas
@ItzelEguiluz
Está
nevando en Madrid y hay pocos temas que podrían desviar mi atención de los
copos blancos que no dejan de caer, pero recordar el video que llegó a mis
manos la semana pasada sobre “la esposa obediente” es uno de ellos. La
siguiente semana, el día 8 de marzo, se conmemora el día de la mujer. Tengo
varios conflictos personales sobre la conmemoración de este día internacional,
sin embargo es importante mencionar que al menos promueve la visualización de
conflictos que pasan desapercibidos el resto del año.
Así
que retomo las columnas anteriores sobre género y violencia para hacer una
columna sobre una propuesta que me parece aterradora: la esposa obediente/sumisa.
No es una idea nueva, sin embargo la conocí a través de un video publicado en
Facebook sobre un programa llamado “Personas extraordinarias” que dedicó uno de
sus capítulos a estas mujeres. Si bien el concepto de extraordinario se aplica
generalmente de manera positiva, aquí me parece fatal, y debería estar dirigido
hacia la relación de lo extraordinario con fuera de lo común.
Pensé
seriamente si le debía dar espacio a este tema que me parece tan desagradable,
pero lo hago como denuncia. La idea surge de un libro llamado ‘The Surrendered
Wife’, de una mujer llamada Laura Doyle, ella propone una especie de guía para
que las mujeres puedan cambiar a fin de tener un matrimonio exitoso. Primero
que nada creo que si una pareja decide casarse debe estar consciente de cómo es
la otra persona y de que la mentira más grande del amor romántico es esperar que
el otro cambie, si es así ¿por qué no mejor buscar a otra persona con la que
tengamos una mejor relación y proyectos en común?
Laura
Doyle y sus “terapeutas” realizan un cuestionario a la mujer que decida
convertirse en una esposa sumisa, que a simple vista parecería sensato, sobre
el control que ejerce sobre su esposo, sobre sus decisiones, sobre el hogar y
otros temas relacionados. Estamos de acuerdo en que el ser extremadamente
controlador no nos llevará a ningún lado como pareja, pero entonces entregar
“el poder” a la pareja y que esa persona sea quien controle el hogar y a
nosotras, ¿no es caer en contradicción? En una de las escenas de la “terapia”
la mujer saca de su bolso una cinta de aislar y le dice a la otra “todo el
tiempo deberás pensar que tienes una de éstas en la boca, lo más difícil es
aprender a callarse”.
Mujeres
que deben dejar de opinar, que deben vestirse como el esposo decida, que no
salen de casa, que no hablan si no se les pregunta u ordena, mujeres que hacen
todo por el esposo y por los hijos y que pierden su individualidad, mujeres que
para ser buenas esposas deben de dejar de pensar. Hombres que desean esclavas y
no parejas.
Si
el hombre trabaja fuera y la mujer trabaja manteniendo el orden de la casa y lo
que eso implica, me parece sensato que ella realice mayor parte de los trabajos
del hogar, pero se llama negociación y me parecería totalmente normal y
obligatorio que si ella trabaja fuera y él no, la situación se diera a la
inversa. Por otro lado si ambos trabajan, ambos tienen un futuro profesional,
ambos deben realizar las tareas de la casa
a la par, lo mismo con las decisiones monetarias, en las dos situaciones,
y con los hijos en caso de que se haya decidido tenerlos.
Al
final creo que vuelvo al punto con todo: cuestión de educación desde la
infancia, qué daño les hacen a los pobres niños con tantas ideas prefabricadas.
Hablemos de negociación, de parejas.
Lo
que me parece más extremo es que aunque se dice que en caso de violencia física
se recomienda abandonar la relación, en caso de abuso verbal, lo cual
recordemos también es violencia, se dice que seguramente terminará cuando se sea
una esposa sumisa.
Vean
el programa (está en cinco partes) y créense una idea propia. Al final, me
parece que está tratado de forma poco objetiva, poniendo un extremo de mujer
controladora para hacer parecer que era necesario que las demás se dejaran
controlar:
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